¿Qué es la TAE (Tasa Anual Equivalente) y para qué se utiliza?

La Tasa Anual Equivalente, o TAE, es una referencia o indicador que se encarga de mostrar el coste o rendimiento de algún producto financiero, en un tiempo señalado en el cual transucurre la evolución de la operación. Es un término de amplio reconocimiento, sobre todo para quienes laboran o hacen vida en el sector bancario y económico.

Se basa en un tipo de interés con el que se logra homogenizar los otros tipos de condiciones que afectan a quien mantiene operaciones con la banca. La TAE incluye a las comisiones, los gastos, el plazo de la operación, además de la compensación que podrá recibir el dueño del capital, bien sea por ahorro o por préstamo.

A diferencia de cualquier otro indicador o tipo de interés, la TAE es mucho más completa. Muestra gran parte de la situación de un producto financiero. Sin embargo, existen aspectos que no logra exponer, como la transferencia de fondos, los honorarios notariales y los impuestos, los seguros y las garantías.

¿Cómo se calcula la TAE?

De forma manual, el cálculo de la TAE corresponde a una fórmula matemática en la que se distinguen una serie de valores importantes: las comisiones, el tipo de interés nominal que posee la operación, el importe del préstamo, la frecuencia de los pagos, entre otros.

El resultado que arroja el cálculo se expresa en un tanto por ciento anual, el cual se debe a los distintos intereses obtenidos y al interés compuesto. Hoy en día el cálculo de la TAE se logra gracias a la creación de simuladores de cálculo. En ellos se ingresan los datos correspondientes a las categorías antes mencionadas y así se obtiene el resultado de la tasa.

Usos de la TAE

La TAE tiene diversos usos, debido a que se adapta a diferentes productos financieros derivados de la relación entre la banca y su cliente. En lo que corresponde a este último, esta tasa es capaz de explicarle ciertos detalles sobre lo que la entidad le está ofreciendo.

Probablemente el uso más recurrente de la TAE son las hipotecas. En ellos inicia un interés debido a que el banco provee al cliente de una cantidad de dinero. Otros tipos de préstamos no necesariamente hipotecarios también incluyen el uso de la TAE,

En el otro extremo, también existen productos financieros de ahorro. Es decir, el cliente realiza un depósito al banco y este va generando un interés a medida que transcurre el tiempo. Cuando se calcula para este tipo de casos, la TAE considera elementos como las liquidaciones que el banco da a su cliente una vez finalizó el periodo de ahorro.

¿Por qué es importante la TAE?

La TAE es importante tanto para las entidades bancarias como para las personas. Por ejemplo, en el caso de las instituciones, esta les permite demostrar ante cualquier evento que no existen fraudes. Es una forma de ser mucho más transparentes con los clientes sobre lo que ofrecen. De hecho, en la actualidad el valor de la TAE es expresado en los documentos de productos financieros, tanto de ahorro como de préstamo, además de aquellas publicidades que haga el banco sobre los mismos.

Por otra parte, para los clientes es importante conocer la TAE ya que esta demuestra las distintas condiciones de una propuesta, lo que a su vez les sirve para comparar cuál producto le ofrece mejores resultados. Quienes están por comprar una casa y necesitan de una hipoteca, seguramente compararán los beneficios que ofrece cada banco. Es precisamente la TAE el indicador que demuestra tanto los riesgos como las ventajas de cada oferta.

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